El cambio de hora para personas mayores, que ocurre dos veces al año en muchas partes del mundo, puede afectar a las personas de todas las edades, pero su impacto suele ser más pronunciado en la población de mayor edad. Este cambio, que implica adelantar o atrasar los relojes en primavera y otoño, respectivamente, puede tener diversas repercusiones en la vida cotidiana y la salud de los adultos mayores.
Desregulación del ritmo circadiano
Uno de los efectos más notorios del cambio de hora en personas mayores es la desregulación del ritmo circadiano. El reloj biológico, que controla el ciclo sueño-vigilia, se ve alterado por la modificación en la hora oficial. Esto puede resultar en dificultades para conciliar el sueño o despertarse en horarios no deseados. La falta de sueño de calidad puede aumentar la fatiga, la irritabilidad y disminuir la capacidad cognitiva.
Mayor riesgo de accidentes
El cambio de hora también se ha asociado con un aumento en el riesgo de accidentes, particularmente en la transición al horario de verano. La reducción de una hora de sueño puede hacer que las personas mayores estén más somnolientas al volante o al realizar tareas cotidianas, lo que aumenta las probabilidades de accidentes de tráfico o caídas.
Impacto en la salud física y mental
La falta de sueño y la desregulación del ritmo circadiano pueden afectar la salud física y mental de las personas mayores. Se ha observado un aumento temporal en los casos de problemas cardiovasculares, como infartos de miocardio, así como un mayor estrés y ansiedad en algunas personas.
Adaptación más lenta
A medida que las personas envejecen, su capacidad para adaptarse a los cambios disminuye. El cambio de hora puede requerir más tiempo para aclimatarse, lo que significa que los efectos negativos pueden prolongarse durante semanas.
Consejos para mitigar el impacto
Para ayudar a las personas mayores a sobrellevar el cambio de hora, se pueden seguir algunas estrategias:
- Ajuste gradual: Antes del cambio de hora, ajustar la rutina de sueño y actividades en incrementos de 15 minutos puede hacer que la transición sea menos abrupta.
- Mantener una rutina regular: Mantener horarios regulares de comida y sueño, incluso durante el cambio de hora, puede ayudar a minimizar el impacto.
- Exposición a la luz natural: Pasar tiempo al aire libre durante las horas de luz natural puede ayudar a restablecer el ritmo circadiano.
- Evitar estimulantes: Reducir la ingesta de cafeína y otros estimulantes antes de acostarse puede mejorar la calidad del sueño.
En resumen, el cambio de hora puede tener efectos significativos en la vida de las personas mayores, desde perturbar su sueño hasta aumentar el riesgo de accidentes y problemas de salud. Sin embargo, con estrategias de adaptación adecuadas, es posible mitigar algunos de estos efectos y minimizar el impacto negativo en la calidad de vida de los adultos mayores.
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